lunes, 30 de marzo de 2015

Domingo de palmas, ilusión y mucha calor


Cerca de la iglesia de San Agustín, en calle Parras, se aprecia un grupo de niños acompañados de sus padres. Todos ellos saben que no están ahí por causalidad. Llevan esa túnica que solo visten una vez al año y que pasean con la misma ilusión con la que abren los regalos el Día de Reyes, hoy acompañarán como pollinicos a su Cristo por las calles de Málaga.

Un año más, la alegría de los más pequeños contagió a los portadores que esperaban con ansias los tres toques de campana que suponen el punto de partida de la Semana Santa de Málaga y levantarían por vez primera el maravilloso trono que estrena este año la cofradía.

Con "Pescador de Hombres" el Señor y "Esperanza de Triana Coronada" la Virgen del Amparo, la Tribuna de los Pobres aglutinó al público, rezagado por el cambio horario, que no dudo en responder con una gran ovación la puesta en escena de la cofradía en su dirección hacia la Alameda. Cuando aún no se había terminado de ir el sonido de los tambores de la Banda de Música de la Esperanza, aparecieron las inconfundibles cornetas de la Estrella junto a la Cruz-Guía de Fusionadas. El joven cortejo anticipaba la llegada del palio con farolillos de la niña de San Juan. Con un cangrejeo incesante y con el paso alegre que la caracteriza, la dolorosa iba llenando de alegría cada uno de los rincones por los que iba pasando.

Al marcar el reloj las 16:30, todos los focos apuntaban a la histórica entrada por la Alameda de Humildad y Paciencia. Este hecho no sólo dejó reflejado la madurez de la joven corporación de la Cruz del Humilladero, sino también el del público asistente que no dudó en ovacionar la llegada de la Cruz-Guía y la de los titulares. Nazarenos, hombres de trono, acólitos y el resto de los miembros del cortejo no fueron capaces de ocultar las lágrimas de emoción ante lo que estaban presenciando: la hermandad de su barrio por fin estaba realizando Estación de Penitencia por las calles del Centro de la ciudad.

Las elevadas temperaturas que se registraron durante la tarde alcanzaron su punto álgido en la salida de la Salud por la iglesia de San Pablo. La presencia de la Cruz-Guía, con los sones de la recién estrenada banda de tambores y cornetas de la hermandad, sirvió para apaciguar a un público que esperaba bajo el intenso sol el arropo del manto protector de la vecina más joven y guapa del barrio.

De rodillas y bajo el anónimato, los hombres de trono avanzaron muy poquito a poco hacia la salida de la iglesia. Simultáneamente, el Santísimo Cristo de la Esperanza en su Gran Amor, tras superar el dintel, se elevaba a contraluz con "La Saeta" a los sones de la Agrupación Musical de Vera Cruz de Campillos, produciéndose una estampa maravillosa que anticipaba la llegada de la Virgen de la Salud con sus velas rizadas y peculiar exorno floral que desborda con tanta solera por los cuatro costados cada Domingo de Ramos.

La llegada de la noche suavizó la situación de sofoco que imperaba durante la tarde y permitió a las cofradías recrearse algo más antes de llegar a sus barrios. Salutación y Huerto, la primera por San Agustín y la segunda realizando la curva imposible de Fajardo, centraron el interés de un público hambriento de procesiones.

Sin embargo, no todo fue de color rosa durante esta primera jornada de la Semana Santa. El regreso de Dulce Nombre se vio afectado por un pequeño incidente tras una petalada que hundió el techo de palio de la dolorosa poco antes de la subida por Dos Aceras, lo que obligó que el Señor de la Soledad se quedase parado poco antes de llegar a la iglesia de la Divina Pastora.

Finalmente, la Virgen pudo llegar sin problemas minutos antes de la subida del Cristo del Prendimiento por la popular cuesta de la calle Carrión, lo que hizo que los vecinos de Capuchinos disfrutaran casi al mismo tiempo del encierro de ambas cofradías.



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